miércoles, 21 de abril de 2010

La placeta de San Marcos, Wisam Chouaibi

Amárrate alma mía; sujétate a esta mármol,
Sebastián de su tronco, con cuantas cintas pueda
ofrecerte en Valencia la lluvia que te empapa,

Amárate a este palo, alma Ulises,  y escucha
-desde donde la plaza proclama su equilibrio-
el rugido de bronce que la piedra sostiene.  

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